Sin título

Hay una tribu africana que tiene una costumbre muy bonita: cuando alguien hace algo perjudicial y equivocado ellos llevan a la persona al centro de la aldea, y toda la tribu se acerca y lo rodea. Durante dos días ellos le dicen a la persona todas las cosas buenas que él hizo.

La tribu cree que cada ser humano viene al mundo como un ser bueno. Cada uno de nosotros deseando seguridad, amor, paz, felicidad. Pero a veces, en la búsqueda de esas cosas las personas cometen errores. La comunidad percibe aquellos errores como un grito de auxilio.

Entonces ellos se reúnen para enderezarlo, para reconectarlo con su verdadera naturaleza, para recordarle quien él realmente es, hasta que se acuerde totalmente de la verdad de la cual él se había desconectado temporalmente.

(vía Si somos amados con nuestros errores, no los repetiremos)

Sin título

Salió a fumar un cigarro de nuevo, arrastrando los pies para dibujar un rumbo en el suelo. Dibujó el miedo. Dibujó la inquietud y dibujó un muro. Dibujó un error al seguir y un error al quedarse. Dibujó la espiral de mil universos paralelos. Dibujó una luz y cien tinieblas. Se dibujó sobre una cama con las sábanas quemadas en un lateral de la autopista, y en posición fetal.