Sin título

Un rey recibió como obsequio dos pequeños halcones, y los entregó al maestro de cetrería para que los entrenara.

Pasando unos meses, el maestro le informo al rey que uno de los halcones estaba perfectamente pero que al otro no sabía que le sucedía, ya que no se había movido de la rama donde lo dejó desde el día de su llegada.

Encargó entonces la misión a miembros de la corte, pero nada sucedió. Al día siguiente por la ventana, el monarca pudo observar, que el ave aun continuaba inmóvil.

Entonces decidió comunicar a su pueblo que ofrecería una recompensa a la persona que hiciera volar al halcón. A la mañana siguiente, vio al halcón volando ágilmente por los jardines. El rey le dijo a su corte que llevaran a su presencia al autor del milagro.

Su corte rápidamente le presento a un campesino. El rey le preguntó;

– “¿Tú hiciste volar al halcón? ¿Cómo lo hiciste? ¿Eres mago?”

Intimidado, el campesino le dijo al rey:

– “Fue fácil mi rey… tan sólo corté la rama y el halcón voló… se dio cuenta de que tenía alas y se lanzó a volar.”

Sin título

El amor es mariposas en el estómago, las mismas que cuando te pasa algo muy bueno. El amor es excitación, la misma que tienes cuando eres un niño y esperas que llegue el día de Navidad o de Reyes para abrir tus regalos. El amor es apoyo, nutrición, la paz que se encuentra en el refugio después de una tormenta. El amor no es enamorarse de una persona que no te puede dar lo que tú quieres y mirar a otro lado esperando a que cambie. El amor son sensaciones físicas de plenitud. El amor es sentir que se te sale el corazón del pecho. El amor es alegría en estado puro. El amor es la energía más pura y más curativa que existe. El amor es felicidad. Y sobre todo, el amor es respeto. El amor no es desgarro, es curación. El amor no es dolor, es felicidad.