El tiempo que dedicas a la lectura, como el tiempo que dura un abrazo, no se puede medir con un reloj. Mientras estás inmerso en cualquiera de los dos, formas parte de un tiempo y un espacio distintos y sin duda mejores.
El tiempo que dedicas a la lectura, como el tiempo que dura un abrazo, no se puede medir con un reloj. Mientras estás inmerso en cualquiera de los dos, formas parte de un tiempo y un espacio distintos y sin duda mejores.