Lo curioso del miedo es que olvidamos que muchas veces se basa en fantasmas que nos hemos inventado nosotros mismos, y que cuando nos enfrentamos a lo que nos asusta, a menudo nos sorprende gratamente. En realidad, si la vida quiere enseñarnos algo, hacernos daño o decepcionarnos, lo hará de todas formas, pero con el miedo, lejos de evitarlo, nos amargamos durante más tiempo, porque dejamos de disfrutar lo que por el momento nos hace felices, e impedimos que brille esa luz más intensa que tenemos dentro. Porque es así, desde esa pasión sin miedo, como han triunfado los grandes, que han vuelto a construir un globo y otro globo, por muchos que les pinchasen.