No nos vamos a engañar, salirse del camino tiene sus riesgos. Te dirán que estás loco, que no lo vas a conseguir, que vas a arruinarte. Perderás a mucha gente por el camino: familia, amigos… pero no te rindas, por muchas veces que te caigas, por muy magullado que estés, levántate y sigue. Si lo que haces te hace feliz, no lo dejes nunca, porque será en ese momento cuando sentirás que estás vivo y que merece la pena luchar por un sueño.