La metamorfosis se muestra en un espíritu que se va tornando cínico, ácido, desconfiado. De tanto ver la miseria o la falta de integridad quienes la contemplamos nos vamos secando por dentro, hasta ser nosotros mismos miserables, maníacos depresivos, excesivos en todo, faltos de dulzura, incapaces de ternura, racionales al extremo en el pensamiento y bestiales en los apetitos.