Cuando el viento sopla de cara todos querrán acercarse a ti, pero es cuando surgen los problemas cuando te das cuenta de quién está realmente a tu lado. El sexo tiene una metáfora aparentemente banal pero perfectamente valida para explicar esto: mientras que en los prolegómenos lo habitual es que cada uno ayude a desvestirse al otro, una vez hemos terminado cada uno se viste por su cuenta. Es decir, es mucho más difícil encontrar a alguien que te ayude una vez estás jodido.