Es como una llamada de la naturaleza, que como dice el refrán: “la sangre altera”. Es el comienzo de una nueva vida que nace, llena de oportunidades, de salidas, de cerveza fría, de días largos y noches intensas. Queremos enamorarnos, pensamos en alguien, y no nos damos cuenta de que en primavera, en realidad, nos enamoramos de la vida.