Perdonar no es un acto de debilidad. No es inclinarse hacia quien nos ha hecho daño. Solo las personas más valientes y humildes ejercen el perdón en su forma más sabia: para liberarse del sufrimiento y avanzar con mayor fortaleza.
Perdonar no es un acto de debilidad. No es inclinarse hacia quien nos ha hecho daño. Solo las personas más valientes y humildes ejercen el perdón en su forma más sabia: para liberarse del sufrimiento y avanzar con mayor fortaleza.