Sin título

A veces, es solo un instante; un momento efímero de a penas unos segundos el que marca un antes y un después. Y a partir de entonces ya nunca nada vuelve a ser igual. Pero ni mejor, ni peor, simplemente diferente. Y por eso, cada día hay que exprimirlo al máximo con sus sinsabores. Aprender a saborear cada lágrima de la misma forma que gustamos una sonrisa. Porque el día y la noche son lo mismo pero con distinta luz. Hay días de sol y días de lluvia; hay noches solitarias pero también las hay acompañadas de luna y estrellas. Porque la tristeza, muchas veces, también ríe.

catch-infinite-scroll-loader
BellezaZen
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.