Hoy puedes decir que recuerdas todo eso con una gran sonrisa. Es mucho mejor así, ¿verdad? Al fin y al cabo siempre es preferible para uno mismo ser lo más egoísta posible y acordarse de lo inmejorable, de lo que sí fue y se convirtió en inolvidable aunque fuera por una sola vez; de lo que llegó a ser y el mimo con el que lo viviste; pero no de lo que podría haber sido y se truncó. Que no quede espacio para lo lastimoso, tampoco para el rencor. Que sobreviva el cariño y no el dolor. Que resten las lágrimas y sumen las risas. Que permanezcan los detalles y desaparezcan los desplantes. Que queden las horas en las rocas frente al mar y se den por terminadas las horas de oscuridad.