La vida, las circunstancias nos separaron, pero mereció la pena…
Aún recuerdo tu forma de caminar, de mirarme, como nos reíamos juntos por las cosas más tontas… simplemente porque tú y yo éramos felices.
La vida, las circunstancias nos separaron pero mereció la pena… mereció la pena compartir confidencias contigo, abrazos, besos, deseo…
La vida, las circunstancias nos separaron pero mereció la pena…
La vida nos hizo un regalo, conocernos y querernos y no me hace falta más. No quiero ni voy a lamentarme diciendo ¡Qué mala suerte, lo perdí! ¡El Destino me lo quitó! El simple hecho de haber vivido contigo una pequeña parte de mi vida me es suficiente para sentirme afortunado.
La vida, las circunstancias nos separaron pero mereció la pena…
No voy a llorar porque ya no estés, me hiciste feliz. Tú me hiciste volver a creer en el amor, en el respeto, en la complicidad.
Tú me hiciste volver a creer en la perfecta combinación de dos seres imperfectos. Aunque me hubiese gustado seguir caminando de tu lado.
Aunque la vida te arrastró como un fuerte huracán y ya nunca más te vi, no me importa. Tu recuerdo seguirá viviendo en mí para siempre.
Puede que conozca otros amores, yo no me cierro. La vida tiene la habilidad de sorprenderte sin que te des cuenta. También puede que el amor no vuelva a llamar a mi puerta… realmente ¿quién puede saber esto?.
Pero ocurra lo que ocurra, tus dulces besos, tus tiernas palabras y tu forma de calmarme cuando más enfadado estaba, tendrán siempre un lugar en mi corazón.
Puede que conozca otros amores, yo no me escondo. La vida puede sorprenderme.
Pero ocurra lo que ocurra, la forma en que besabas mi frente y la cuenca de mis ojos… como cogías mis manos y las mirabas de esa forma que me hacía sentir tan especial… como me alzabas por los aires, mientras sentíamos que éramos los dueños de la felicidad, tendrán siempre un lugar en mi corazón.”