Sin título

Tuve que justificarme mil veces porque ella estaba acostumbrada a que la traicionaran y, por defecto, llegué a su cama con el cartel de traidor. Al final me convenció de ser un traidor, como todos. Me traicionó de forma preventiva y me convenció, de forma cautelar, de ser incapaz, inmaduro y pueril. Y lo demostró como se demuestran las conspiraciones que es con mucho drama, palabras grandilocuentes y grandes despedidas. Ahora, convencido de que más tarde o más temprano desgarraré el alma de quien confíe en mi, salgo por las ventanas.

Sin título

Pero no olvidar un amor perdido no significa que no podamos volver a enamorarnos. Todo lo contrario, siempre hay esperanzas de encontrar de nuevo el amor, y los nuevos amores siempre superarán a los viejos, haciendo que con el tiempo se conviertan tan solo en recuerdos a los que acudir con una sonrisa llena de nostalgia. Por eso, nunca hay que tener miedo a enamorarse, porque no importa cómo acabe una relación, ya sea mal o bien, de todas las experiencias se aprende. Y una vez se cura un corazón roto, existen mil y una oportunidades nuevas de volver a encontrar un amor mejor.